domingo, 4 de noviembre de 2012

Otra para el #8N: ¡Defender a los jueces de Clarín!

La Nación: "En el propósito de quebrantar al multimedio Clarín, el Gobierno no vacila en acudir a todas las estrategias que se puedan imaginar, ejerciendo abusivamente un poder que le ha sido conferido para otros fines y recurriendo a presiones que superan enormemente las que pudo haber efectuado, hasta ahora, cualquier otro gobierno democrático anterior. No sólo se trata de forzar a los jueces a que resuelvan en el único sentido que satisface al Poder Ejecutivo, sino que, intuyendo quiénes no se someterán a ello, se los pretende cambiar por otros magistrados nuevos.
"El Poder Ejecutivo -ha declarado el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires- está a punto de dar el golpe de gracia a la independencia del Poder Judicial. La estrategia del Gobierno consiste en avanzar, en simultáneo, en todos los frentes posibles y hasta donde se lo permitan."
Esto es lo que debe evitarse y, en una situación extrema como ésa, nadie en su sano criterio debería encontrar provechoso el espectáculo imaginario de colocar a la Corte Suprema en el arduo trance de pronunciarse sobre la más sensible cuestión pública, en circunstancias en que el Gobierno perfecciona la puntería de los cañones. El Poder Ejecutivo dispara como si fuera un enemigo a quien ose interponerse en su voluntad de consolidar un poder político absolutamente hegemónico. Estamos ante un final todavía abierto, pero el precio pagado hasta aquí por la independencia de los poderes, por la libertad de prensa, por la propiedad privada y, por encima de todo, por la República, es de tal magnitud que ni siquiera podría afirmarse que el Gobierno saldrá indemne de todo esto, aunque pueda obtener sus viles objetivos".
Viau: "El oficialismo cerraba el cerco sobre los jueces que quiere desactivar en su ruta al 7-D: la ciudad se cubrió de afiches de la revista XXIII con el rostro de Ricardo Recondo, juez y miembro del Consejo de la Magistratura. La cartelería de Sergio Szpolski, un creador de productos tóxicos, utilizados hasta para incidir en los divorcios de las parejas de sus socios, vinculaba a Recondo con la ex SIDE. Unos días antes había naufragado el intento de crucificarlo por haber sido miembro de la Justicia durante la dictadura, imputación que no resistiría un prominente hombre del máximo tribunal, juez penal durante el Proceso de Reorganización Nacional y del que uno de sus ex colegas cuenta que “contestaba menos hábeas corpus que yo”. Luego de Recondo le tocó el turno a Francisco de las Carreras, “culpable” de haber asistido a un seminario sobre propiedad intelectual organizado por una ONG, en Miami. La foto de De las Carreras, incluso en sus vacaciones, ilustró las pantallas de los canales que forman parte de la inmensa constelación de medios “K”. Recondo y De las Carreras resisten el embate, pero el Poder Judicial está asustado: ¿quién tiene el temple necesario para hacer frente a la propaganda oficial?, ¿quién no se siente vulnerable si la vida de padres, hermanos o hijos es simple material para la extorsión?
La Secretaría de Inteligencia hurga en los basurales para disciplinar a los rebeldes.
El gobierno de Cristina Fernández se “isabeliza” y el encierro no es el menor de sus parecidos. Un entorno minúsculo caracterizó a María Estela Martínez luego de la muerte de Juan Perón. Esa misma atmósfera viciada es la que respira la señora de Kirchner después del fallecimiento de su esposo".
Morales Solá: "Cinco jueces fueron abatidos en apenas quince días. Pertenecían todos al mismo fuero, el Civil y Comercial, que debe resolver sobre la obsesión presidencial para desguazar a un multimedio periodístico. La minoría opositora del Consejo de la Magistratura fue sometida al escarnio público y uno de sus miembros, Ricardo Recondo, fue blanco de una intensa campaña pública de calumnias. La Corte Suprema de Justicia está siendo acosada con el proyecto oficialista del per saltum, que la obligaría a saltar por encima de las todas instancias judiciales para decidir directamente sobre asuntos considerados trascendentes por el kirchnerismo. La calidad de la democracia argentina fue puesta, así, en un peligroso proceso de caída libre, cuya conclusión será la instauración de hecho de un régimen autoritario.
El conflicto está en los fines y en los medios. El fin es la destrucción del principio de la división de poderes. No es un problema sólo de la dirigencia política; es, sobre todo, una cuestión clave de la sociedad. La libertad depende de la división de poderes, según la definición de Montesquieu. Sin un poder judicial independiente, la libertad política estaría terminada. El medio, a su vez, es la difamación de personas que han hecho una larga carrera judicial y que cuentan con prestigio como jueces. Vidas reinventadas, acusaciones falsas, rumores de deshonra, mentiras inhumanas. El enorme poder mediático de ofensas y ultrajes del kirchnerismo alcanzó en los últimos días su incomparable apogeo. Todo vale".
Fargosi con Ruiz Guiñazú: "Esto es un absurdo. Hemos convertido el eje de nuestra vida en una circunstancia que, en el mejor de los casos, era para canalizar hacia la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. No más que eso. Un monopolio… Dicho sea de paso, lo del monopolio es algo que ha instalado “el relato” porque veo que hay otros grupos multimediáticos que no son ése. El Gobierno es un grupo; Szpolski es un grupo; Vila-Manzano es un grupo; Cristóbal López también, etc., etc. Mire, en lugar de estar hablando del futuro los argentinos estamos hablando de rencillas de tercera importancia de poder. Nosotros tendríamos que estar hablando acerca de cómo mejorar el sistema carcelario; cómo mejorar el sistema penal; cómo acelerar los juicios; cómo brindarle propuestas a la gente.
Yo no dejo de pedirle a cada uno de los jueces que sea consciente de la responsabilidad que tiene. Es una responsabilidad excepcional: mucho mayor que la que puede tener un policía, un gendarme… Los jueces “son” la defensa del sistema. No existe democracia sin jueces. Puede haber un sistema bicameral o unicameral, primer ministro, etc., pero de lo que no se puede prescindir en el mundo moderno es de un sistema judicial firme. Entre otras cosas hay que tener valentía para ser juez. Aquí y en todos lados. Las amenazas que recibe un juez de parte del poder, de un delincuente, etc., son reales. El poder, por definición, tiende a condicionar a la prensa y a la Justicia. Pero no estoy hablando solamente del poder kirchnerista. Me refiero, en mayor o menor medida, a todos los poderes del mundo. Hay gobernantes más demócratas que otros. Pero lo que no podemos hacer es suponer que en la vida esto no genere rispideces, tensiones, presiones, pero para ello está la entereza… Y no me parece estar pidiendo demasiado.
El hecho de decir que no se aceptan presiones significa que hay presiones. Como no tengo los condicionamientos de un juez de la Corte, por lo menos en lo personal, lo digo claramente. De hecho, junto con otros cinco colegas he sido denunciado penalmente. El gobierno de la nación argentina me considera un delincuente y por eso me ha denunciado a raíz de la acusación que el señor jefe de Gabinete ha presentado hace 15 días “por supuesto abuso de autoridad e incumplimiento de deberes de funcionario”. Esto contra los consejeros que no votamos a favor de los designios del Gobierno, y lo que nos están diciendo en castellano básico es que somos cinco delincuentes. Y yo a esto contesto que no soy un delincuente sino que estoy ejerciendo el derecho de voto que me han dado los que me votaron. Por suerte, en los últimos días hemos recibido el generoso respaldo de los senadores y diputados de la oposición.
El jefe de Gabinete habría querido lisa y llanamente que votemos a favor de sus candidatos a jueces. Y, repito, nuestra función no es ésa: consiste en que cada uno de nosotros vote conforme a su leal saber y entender".
Castro: "Lo que está haciendo la Presidenta en su desenfrenado enfrentamiento contra Clarín es de una profunda gravedad institucional presente y futura. La colonización judicial que está produciendo el kirchnerismo es brutal y peligrosa. Están siendo nombrados jueces de dudosas cualidades éticas y que, en muchos casos, exhiben un muy pobre conocimiento del Derecho. Jueces como éstos son fácilmente manipulables, lo que es ideal para cualquier gobierno. En ese tren, el ministro de Justicia Julio Alak –quien, como abogado, algún día recapacitará sobre los disparates que dice y hace– ha señalado que la Corte debería votar a favor del Gobierno en la controversia por los artículos 161 y 45 de la Ley de Medios, porque de no hacerlo así habría un conflicto de poderes porque un poder sanciona una ley y otro impide su aplicación. Lo primero que hay que señalar es que lo que está en discusión no es una ley, sino sólo dos artículos de una ley. Lo segundo que hay que decir –cosa que cualquier abogado por más pobre que sea su nivel técnico sabe– es que es tarea de los jueces es hacer el control de constitucionalidad de una ley. Vaya un ejemplo: en el año 2001, el entonces juez federal Gabriel Cavallo declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Esas leyes, como tales, habían sido aprobadas por el Congreso. Más allá de las naturales controversias que un fallo puede generar, a nadie se le ocurrió decir que el juez estaba cometiendo ninguna atrocidad institucional. Ese fallo, además, fue la piedra angular sobre la que después cabalgó toda la política de derechos humanos instrumentada por Néstor Kirchner".

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