lunes, 3 de septiembre de 2012

Intelectuales sobre América Latina, capitalismo y medios

Noam Chomsky: "Uno de los desarrollos más llamativos es que por primera vez en 500 años, América Latina ha comenzado a tomar los pasos necesarios para una integración interna, lo cual es muy bueno. Y también han tomado pasos para liberarse de la dominación de las grandes potencias, como Europa y Estados Unidos. Creo que esto es el desarrollo más importante en los asuntos mundiales. Eso es progreso.
Las recientes intervenciones de Estados Unidos demuestran esto. Solía ser que Estados Unidos derrocaba un gobierno e instalaba una dictadura militar. En la última década han habido tres golpes militares. En 2002, fue en Venezuela pero no funcionó porque fue repelida y Estados Unidos tuvo que inclinarse por otra versión que no fuera un golpe militar.
La otra fue en 2004 en Haití -siguió- cuando Estados Unidos, Canada y Francia se juntaron y apoyaron un golpe paramilitar que envió al presidente a Africa Central y el tercero, que fue el primer golpe de estado bajo la administración de Obama, fue en Honduras. Estados Unidos primero lo criticó pero después rápidamente comenzó a apoyarlo. Hubo un una elección pero se realizó bajo un régimen militar. Las cosas han cambiado, sin dudas". 
Pilar Calveiro: "La centralidad del fenómeno de la seguridad en la agenda política, que no en todos los países aparece como “guerra”, pero sí como amenaza social, habilita una transformación del derecho que permite nuevas formas de ejercicio de la violencia estatal, más ligadas al derecho de excepción. La guerra contra el terrorismo habilita la guerra contra el antiterrorismo, que instaura medidas de excepción. Lo mismo con el crimen organizado. 
Existe consenso sobre que la democracia es la forma de gobierno legítima por excelencia, pero la democracia de esta reorganización es absolutamente formal. En realidad, sería más lógico hablar de una suerte de oligarquía, dado que es un régimen que tiene establecidos procedimientos que son técnicamente democráticos, pero en manos del poder económico. De todos modos, hay una lucha política de gran importancia que trata de instalar democracias más participativas y ponen cierto freno a esta reorganización hegemónica. Aquellos gobiernos más participativos funcionan como verdaderas resistencias a este avance del modelo global".
Ignacio Ramonet: "Hoy es muy interesante mirar a América Latina para ver que la propia política puede transformarse para transformar la realidad. Los medios hablan muy mal de estos países porque tienen miedo de que estos cambios se produzcan en Europa.
Desde hace tiempo, en Europa, todos están criticando a los políticos, a la corrupción… ¿Desde cuándo los medios son tan éticos? ¿Desde cuándo son tan hostiles cuando antes estaban de rodillas ante los poderes políticos? Los medios dicen que los políticos no valen desde que los políticos no tienen poder. Ahora no critican a los bancos porque son el verdadero poder".
Boaventura de Sousa Santos: "En el Norte, el neoliberalismo impone la austeridad a las grandes mayorías y el rescate de los banqueros, sustituyendo la protección social de los ciudadanos por la protección social del capital financiero. En el Sur, el neoliberalismo impone su avidez por los recursos naturales, sean los minerales, el petróleo, el gas natural, el agua o la agroindustria. Los territorios pasan a ser sólo tierra y las poblaciones que los habitan, obstáculos al desarrollo que es necesario remover cuanto más rápido mejor. Para el capitalismo extractivista, la única regulación verdaderamente aceptable es la autorregulación, la cual incluye, casi siempre, la autorregulación de la corrupción de los gobiernos.
Cuando la democracia concluya que no es compatible con este tipo de capitalismo y decida resistírsele, quizá sea demasiado tarde. Puede que, entre tanto, el capitalismo haya concluido que la democracia no es compatible con él".
Immanuel Wallerstein: "La tasa de rendimiento durante el siglo pasado era de dos veces el incremento del PIB. ¿Puede esto replicarse una segunda vez? Es difícil imaginar, no sólo para mí. Parece que igual le parece a la mayoría de los inversionistas potenciales en el mercado. Esto crea un constreñimiento que vemos exhibido todos los días en Estados Unidos, en Europa y pronto en las economías emergentes. El nivel de deuda es muy alto para mantenerlo.
Así, por un lado, hay un poderoso llamado político a la austeridad, pero la austeridad significa, en efecto, recortar los beneficios existentes (como las pensiones, el nivel de asistencia en salud, los gastos en educación) y recortar también el papel que tienen los gobiernos en garantizar estos beneficios. Y si casi toda la gente tiene menos, obviamente gasta menos, y la gente que vende encuentra menos gente que compra –es decir, menos demanda efectiva. Así, la producción se hace menos rentable (rendimientos de las acciones) y los gobiernos son más pobres aun.
Es un círculo vicioso y no hay un modo fácil o aceptable para salirse. Tal vez no hay ninguna salida. Esto es algo que algunos de nosotros hemos estado llamando la crisis estructural de la economía-mundo capitalista. Conduce a fluctuaciones caóticas (y bastante locas) conforme el sistema se bifurca, y nos hallamos en una prolongada y fiera lucha en torno a qué clase de sistema va a suceder al que estamos metidos".

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