domingo, 9 de septiembre de 2012

El miedo de Clarín

Las dos caras del Relato del relato clarinista de estos días, condensadas en una misma edición dominguera: el gobierno es una dictadura aterradora y el 7 de diciembre no pasa nada.
Kirschbaum: "Entre ser amada o ser temida, Cristina aspira a que la quieran, pero se siente más segura si le tienen miedo. Es un clásico de la conducta de los gobernantes, porque ser amado depende de la voluntad de los demás y en cambio ser temido no depende de nadie más que de uno mismo. En verdad, la Presidenta y sus escuderos más fieles han hecho del temor al castigo una expresión nítida de su política. Las admoniciones presidenciales están preñadas de advertencias a aquéllos que critican su gestión. Pero no sólo son advertencias: son el prólogo de acciones concretas.
El uso ilimitado de esos recursos para sofocar cualquier crítica como una nueva policía política, la propaganda permanente y la búsqueda del manejo de los medios de comunicación para que funcionen en sintonía con la Casa Rosada, así como el avance en el control de toda la economía, forman un cóctel de rasgos autoritarios , cualquiera sean las razones que se usen para justificarlo".
Blanck: "Fundirlo bajando el precio de la chapa, dice Kicillof, que quizá crea de verdad que está haciendo la revolución. Pero no lo van a fundir a Rocca, por lo menos ahora. La sobrevida como graciosa concesión del poder absoluto, para el que las únicas conductas permitidas parecen ser el aplauso y el elogio.
Al que no le guste, palo. Y al que además se queje, más palo".
Van der Kooy: "El problema de raíz del kirchnerismo, como lo fue del menemismo y de otros gobiernos democráticos es, en realidad, no haber sabido definir un papel útil para el Estado. Esa maquinaria ha servido hasta ahora, sobre todo, como referencia de poder y corrupción. Esa misma maquinaria fue utilizada por la dictadura para cometer un genocidio.
La Presidenta se solaza exhibiendo cifras acotadas sobre el aumento de viajes y gastos de los argentinos en el exterior. Y manifiesta una alegría por ese fenómeno que se le nota a la legua que no tiene. Si así no fuera, nunca hubiera dicho otras cosas que dijo con sentido de amenaza. Llamó la atención en una mujer que pregona progresismo la visión preconciliar de la religión. Advirtió sobre el miedo que habría que tenerle a Dios. Le faltó alzar un crucifijo e invocar al diablo.
También habló del miedo que, por suerte en menor escala, habría que tenerle a ella misma.
La política kirchnerista parece circuncripta ahora sólo a la intolerancia y la intimidación".
Viau: "El miedo y la obediencia han sido los materiales con que se construyó el estilo “k”, las dos caras del sistema que el matrimonio impuso en Santa Cruz , su marca de fábrica. Contra cualquier pronóstico, iba a hacerse habitual en lo más alto de una nación a la que muchos imaginaron necesitada de un hombre providencial y de un gobierno fuerte. El ingrediente del temor en el trato con funcionarios, servidores o empresarios no constituía, por lo tanto, una novedad. Era, de todas formas, la primera vez que la Presidente elevaba esa práctica a regla de oro de la conducción política: que no se mueva siquiera una hoja sin permiso, que nadie se atreva a tomar decisiones inconsultas, que nadie olvide que su poder es prestado, limitado, circunstancial".
Moreno: "Los dejo con una sensación de desesperanza, preguntándome si tiene lógica que una nación, luego de crecer durante una década, decaiga y sus habitantes sufran los demonios de esa decadencia -pobreza, autoritarismo, pérdida de libertades, todo cada vez peor en educación, transporte, salud- en pos de un sueño utópico que probablemente jamás se concretará. Francisco Quevedo supo escribir: “¿Qué otra cosa vemos sino hombres ocupados en negociar su propio castigo y su misma desolación?”".

Nota sin firma: "“La cadena ilegal del desánimo y del temor tiene fecha de vencimiento: el 7 de diciembre”, afirmó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el último jueves, en referencia a la ley de medios y sugiriendo que ese día debería suceder algo con las licencias audiovisuales del Grupo Clarín. Lo mismo vienen diciendo otros funcionarios.
Sin embargo, todos los constitucionalistas consultados coincidieron en que esa interpretación de un fallo de la Corte Suprema es errónea y que ese día no debe suceder jurídica ni fácticamente nada con los medios del Grupo. Y alertaron que la advertencia oficial puede esconder un peligro: que se esté preparando el terreno para una “acción de hecho”, como una intervención, lo que terminaría de darle al Gobierno el control absoluto del universo audiovisual.
Los juristas explicaron que el 7 de diciembre sólo vence, en principio, la medida cautelar que suspende el artículo 161, que desconoce las licencias vigentes y obliga a sus titulares a desprenderse de ellas en el plazo de un año. Pero que eso no significa que ese día el Gobierno pueda ir contra los medios del Grupo. Más aún, puede haber una ampliación de la cautelar. Además del plazo de al menos un año para obtener sentencia de fondo".
Después se prestan los constitucionalistas de Clarín Daniel Sabsay y Gregorio Badeni al mismo juego que hicieron con la ley de Medios. El mismo fracaso y descrédito les espera. Más, con operaciones como la admitida hoy ante el último socio poderoso que le queda al Grupo.

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