domingo, 1 de julio de 2012

Turno Tarde: van der Kooy, Pagni y Walger se suman a la campaña "CFK loca"

Van der Kooy: "¿Un juicio político en la Argentina? Imposible porque el Congreso es una sede de la Casa Rosada. Los militares además ya salieron de la historia. La oposición vegeta. Cristina viene de un 54%. El único riesgo cierto del Gobierno es el propio Gobierno.
Claro que al kichnerismo no hay que pretender entenderlo sólo desde la política. La psiquiatría es también una buena fuente de orientación".
Pagni: "El martes pasado, el foco de la política se posó sobre un factor que gravita cada vez más en la escena oficial: la emotividad de la Presidenta. En el discurso de ese mediodía apareció una Cristina Kirchner salida de su eje. Con argumentos incorrectos, desbordada, comunicó decisiones gravísimas mientras intentaba reprimir el llanto y disimular la ira. Si en Angola fue llamativa por lo eufórica, esta vez sorprendió por lo ansiosa y depresiva.
Hay otra razón, más poderosa, para que la psicología comience a desplazar a la ciencia política en la explicación de los asuntos colectivos. Desde hace dos años la señora de Kirchner está expuesta a una serie de traumas ante los que cualquier ser humano resultaría vulnerable. Su esposo enfermó y fue operado en dos ocasiones; después falleció y la dejó al frente del Gobierno, con el desafío de ganar las elecciones; cuando lo consiguió, le diagnosticaron un cáncer; ya extirpada la tiroides, le informaron que el diagnóstico había sido equivocado. ¿Cómo viene procesando su psiquismo esta secuencia? ¿Qué impacto tiene la distancia de los hijos, la enfermedad de Máximo, la radicación de Florencia en España? ¿Qué secuelas ha dejado el déficit hormonal? Esas incógnitas tienen un significado político cambiante: las lágrimas que antes provocaban empatía, hoy a muchos les causan intranquilidad. Sobre todo desde que el ajuste económico somete a quien lo conduce a más y más presiones. Aquella advertencia de Kirchner a los ministros, "no hay que llevarle problemas a Cristina", tiene otra resonancia.
Cristina Kirchner organiza su política alrededor de un supuesto principal: hay un enemigo. Ese enemigo está oculto y, en su racionalidad ilimitada, es capaz de orquestar operaciones en los más diversos planos.
al vez la señora de Kirchner radicalice su encierro, ya que las brujas a las que teme se volverán más verosímiles. Porque, como dijo Henry Kissinger, "también los paranoicos tienen enemigos"".
Walger: "¿Qué pasó, Hugo? Mutaste de peronista a socialdemócrata y peronista (perdón maestro, jamás dejaría fuera su identidad original). De Cristina ya sabíamos que era un émulo de Sybil, aquel famoso libro de los 70, primer ejemplo novelado de personalidad múltiple (muy para el avión). Contaba la historia de una mujer que albergaba en sí a unas cuantas malvadas imaginarias que le susurraban en una oreja y una solitaria semibuena. Todo para desesperación de una paciente psicoanalista.
Moyano se dio cuenta enseguida que mientras Cristina Fantasy se dedicaba a remover el pasado, llorar por los gendarmes y maltratar a ancianos semiinválidos de los que hubiera huido descaradamente cuando éstos eran más jóvenes, al país se lo comía la inflación.
Una Cristina que Moyano puso en evidencia. Cada vez más sola y más desapacible y exaltada".

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