domingo, 17 de junio de 2012

La toxicidad de Clarín. La visita de Verón

Un lindo domingo, aunque nublado en Río Cuarto. Despertarse con las hijas viniendo con la sonrisa de siempre, pero hoy con regalos y el cariño habitual, con Marina y sus tortas. Además, juega Boquita para acercarse aún más a la coronación (ni qué hablar de la alegría de ayer, ¿no? Hasta las lágrimas -¡je!). Y uno entra en clarin.com y se encuentra con un huracán verde, no por los dólares que añoran para especular, sino por el veneno y la mala leche desde su tapa, abusando en la intención de desinformar con el "la plata de los jubilados", a esos que estafó con sus acciones en las AFJPs. Pasando por van der Kooy asegurando que CFK jugó, especuló con la salud de su propio hijo. Recalando en Moreno, enojado porque haya mucha gente ilusionada, es decir, con buena energía -¡qué pecado, no!, optimismo, por que se le acerque la posibiidad de tener su primera casa propia. Arribando al retado Blanck, que el jueves le había aclarado a Bety Sarlo que la ley y los decretos reglamentarios correspondiente establecen que la flota presidencial está al servicio de la Presidenta y su familia. Hoy dice lo contrario. Bah, soslaya ese pequeño detalle. Sólo un chirlo correctivo puede hacerlo cambiar de opinión del jueves a hoy, ¿no? Y finalmente la siempre encantadora Susy Viau, también jugando con el rol de madre de CFK para finalmente insultar a un kirchnerista. Demasiada mala onda, tóxica ya. Uno se preocupa sanamente por los empleados que trabajan en la redacción de ese diario. ¿Estarán protegidos contra dicho ambiente dañino?
Y eso que uno cree estar acostumbrado a este clima clarinista, pero hoy como que fue muy fuerte la dósis. La sensación que estamos ante gente desatada, desbordada, a punto de explotar y manchar todo a su alrededor. Por eso decidí hacer una pausa y venir a postear sobre la visita de Eliseo Verón a Córdoba, esta semana. Él también cree que el periodismo debe abandonar definitivamente el paradigma de la objetividad.
Antes, una introducción al tema, que realiza Verón en su columna de hoy en Perfil: "Hay que hacer historia, y son ya cuatrocientos años: se suele considerar que Relation fue el primer newspaper conocido, impreso en la ciudad de Estrasburgo a partir de 1605. A lo largo de los siglos XVII y XVIII los “papeles de noticias” se fueron multiplicando y estabilizando, como herederos de la retórica panfletaria por un lado, es decir con una vocación primera de denuncia, o como órganos oficiales del poder de turno por otro lado, como La Gazette en Francia, fundada en 1631: en ambos casos, inseparables de la cosa política. “Los periodistas –dice Jeffrey L. Pasley en su investigación sobre los primeros años de la república norteamericana– en una época fueron políticos y (…) algunos de ellos se contaron entre los más prominentes candidatos, funcionarios y operadores de los partidos de la Nación. (…) A partir de 1790, ningún político soñaba con montar una campaña, lanzar un nuevo movimiento o ganar en una nueva área geográfica sin un papel de noticias. Durante la mayor parte del siglo XIX, las facciones partidarias lucharon furiosamente por controlar los papeles de noticias claves” (“The Tyranny of Printers”, Newspaper Politics in the Early American Republic, University of Virginia Press, 2001). La información bajo su forma escrita dominó el espacio público durante mucho tiempo. Hacia fines del siglo XIX comienza una erosión del territorio de los papeles de noticias, que no se detendrá y que se acelerará progresivamente: el cine se apropia de los grandes relatos, la radio del contacto y el tiempo real, la televisión de las imágenes de la cotidianidad. En la segunda década del siglo XX, los papeles de noticias empiezan a despegarse de la vieja tradición de la militancia política, en busca de un terreno propio: se comienza a formular la ideología de la objetividad, la toma de distancia, la distinción capital entre hecho y opinión, como discurso axiológico de la profesión. Hacia fines de los años ochenta del siglo pasado, este discurso empieza a su vez a ser puesto en duda: predominó entonces durante sesenta años de una historia que tiene cuatrocientos".
Ahora sí vayamos a sus dichos en la conferencia organizada por Tarjeta Naranja (el semiólogo lo aclara en su columna también, alertado por el clima de época de desnudar las condiciones de producción a la audiencia).
"Eliseo Verón planteó que el enfrentamiento entre el Gobierno y algunos medios de comunicación no es exclusivo de Argentina, sino que pasa en muchos países como Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Perú, Italia, Francia y Hungría entre otros; pero señaló que hay diferencia en cuanto a las formas de llevarlo adelante.
En esa relación, los medios terminan siendo víctimas de una “trampa epistemológica” porque la pretensión de objetividad es, según Verón, una desventaja, y por ende, considera que debe producirse una transformación de la profesión.
Y fue más allá al afirmar: “El discurso de objetividad no sirve para enfrentar el hoy”. En ese marco, formuló la utilización de niveles: hablo o escribo a partir de mis intereses (primer nivel), en una segunda etapa agrega: creo en lo que digo o escribo y luego, hay que reconocer la existencia de otras instituciones con otros discursos. En ese marco, expresó que no se debe descalificar en el nivel dos si no se está de acuerdo con el nivel uno y los medios deben hacer “meta política”, “recuperar la dimensión política en otro nivel”, generar un espacio de discusión, y no decir “somos objetivos”".
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Más citas de la presentación de Verón:
"- Los Gobiernos se enfrentan con los medios de comunicación porque son el enemigo más fácil.
- A la prensa gráfica se le va achicando su campo de acción por la irrupción de otros medios de comunicación y lo que les queda es básicamente el análisis y la interpretación de los hechos.
- Internet no es un medio, sino una mutación de las condiciones de circulación de la información y su alcance hoy es todavía una incógnita.
- Está bien que los medios y los periodistas tengan sus intereses, es natural, pero no hay que descalificar a los que no piensan igual.
- Los medios de comunicación no deben transformarse en partidos políticos, pero no son ajenos a la política".
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Extractos de la extensa entrevista en La Voz de hoy.
"–¿Cómo ve la forma en que los medios calificados de opositores por el mismo Gobierno están reflejando este momento del país?
–Se puede analizar desde varios ángulos. Desde uno de ellos, yo creo que los medios y los políticos de la oposición han caído en una trampa y el 90 por ciento de sus discursos es un ataque al Gobierno, y, por otra parte, es lo que el Gobierno quiere. Yo me pregunto: ¿qué pasa si no se habla más de ella? ¿Se vuelve loca? Cristina necesita que la ataquen. Esa es la trampa. El Gobierno está arrastrando a los medios de información al campo político.
–¿Cree que es importante para la vida democrática de un país la posibilidad de interpelar a un mandatario?
–Uno puede estar de acuerdo o no con la movida de Jorge Lanata, pero es evidente que interpelar al presidente es una de las funciones básicas de los medios en cualquier país normal, pero en la Argentina hay una especie de voluntad de no contacto. No viene de ahora, estuvo desde el principio. No recuerdo exactamente pero, en uno de sus primeros discursos, Cristina ya les pegaba a los medios. No fue el resultado de una ninguna crisis particular.
–¿Hay un componente milenarista en el kirchnerismo, acentuado tras la muerte de Néstor? ¿Por qué a Cristina se le permite cierto tono místico en sus apelaciones a “él”, mientras que el mismo tono suena ridículo en Lilita Carrió, por ejemplo?
–Se trata de la construcción del héroe, no es nuevo. Pero sólo es una parte. Con eso sólo no se entiende “el relato”. En el mundo moderno democrático, siempre existió esta necesidad de construcción de héroes. Lo que uno podría decir es que acá es como demasiado flagrante, demasiado literal, lo cual les daría a algunos el derecho a pensar que es un poco ridículo, porque resulta demasiado explícito.
–¿Está de acuerdo con los conceptos de hegemonía y de discurso dominante?
–Nunca creí en la ideología dominante. Me parece que las cosas son más complicadas. Cuando se habla de medios hegemónicos, es porque no se realiza un análisis adecuado de lo que son los medios. Pensar que los medios pueden complotar contra un gobierno significa no entender lo que es un diario, que es una cosa muchísimo más complicada y contradictoria. No se pueden homogeneizar las cosas de esta manera.
–¿Por qué entonces ese discurso conspiratorio genera tanta adhesión?
–Debe haber alguna necesidad de simplificación de la recepción. En una situación del mundo que es cada vez más complicada, la gente busca simplificar su percepción del contexto en el que vive. Entonces, viene bien poner los buenos de un lado y los malos del otro. Así se entiende rápido.
–¿El tono didáctico que usted ha señalado en la Presidenta sirve para eso?
–Ese tono –habría que estudiarlo en detalle y yo no lo he hecho– es uno de los aspectos de este populismo que está flotando en varios países. Al igual que Hugo Chávez, por ejemplo, hay una clara postura didáctica de “yo les voy a explicar las cosas”. Y hablan y hablan durante horas. Es una consecuencia de eludir la mediación informativa y buscar un vínculo directo. Una de las funciones de los medios siempre fue explicar lo que pasa, de modo que si yo no quiero nada de eso, y soy la presidenta y voy a explicar todo yo misma, y así se amplifica la función pedagógica.
–Usted distingue entre creer y confiar. ¿En el voto a Cristina qué primó?
–Dado el volumen de votos en octubre de 2011, está claro que muchos de lo que confiaron en Cristina no necesariamente creen en el relato. Una proporción importante de ese voto estuvo determinada por la confianza más que por la creencia. La proporción que se apoya en la creencia es probablemente mucho más pequeña que lo que se supone, lo demás es confianza, dado que no hay ninguna otra cosa donde depositarla. Eso es lo que pasó en las elecciones. El votante se preguntaba: ¿dónde pongo mi confianza?
–¿Cómo inciden Internet y las redes sociales en las configuraciones políticas?
–Es un tema fundamental y hay que entender que lo pasa ahora no pasó nunca antes. Internet no es un nuevo medio, es otra cosa. Es una revolución del acceso, de la circulación, y eso nunca había pasado. Lo que está en juego no es un nuevo dispositivo que se suma a la televisión. La cuestión política fundamental es quién tiene acceso a qué, cuándo y por qué. La cuestión del acceso siempre fue una cuestión de poder. Internet sacude todo y plantea una nueva forma de acceso al saber universal.
–El kirchnerismo fue uno de los primeros movimientos políticos en usar las redes sociales. ¿Qué consideración le merece ese uso?
–Si no son los primeros, son los que mejor las utilizaron, y creo que allí hay una cuestión de recursos. Pusieron muchos recursos en eso. Cientos y cientos de jóvenes por día armando cosas. Eran verdaderos ejércitos pagados para meterse en las redes. Ya había antecedentes importantes, como la campaña presidencial de Barack Obama en Estados Unidos, pero aquí son los que reaccionaron más rápido, sin duda".
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Finalmente, el último párrafo de su columna de hoy en Perfil, entre lo inquietante y lo desmedido: "Los mencionados gobiernos populistas buscan arrastrar a los medios de información opositores a ese campo político que nunca debieron pretender abandonar: ustedes, dicen, defienden sus propios intereses y la función informativa es un disfraz. No, no hay disfraz: todo discurso sobre la sociedad tiene una dimensión política. Pero en democracia el espacio público es un espacio plural, que valoriza y respeta las diferencias de opinión, sin que ninguno de los enunciadores de la información deba renunciar a su punto de vista. Y los gobiernos de un Estado democrático están para administrar esas diferencias, no para bendecir a los que los adulan y buscar la destrucción de los que se oponen. Los gobiernos populistas perturban hoy profundamente al Estado democrático: no son la causa directa de la situación del periodismo, pero además representan una crisis mucho más grave".

2 comentarios:

Ladislao dijo...

A ver, yo no tengo estudios superiores en semiología, pero alguito he estudiado alguna vez, pero sobre todo puedo hacer uso de la lengua castellana y de mi propio pensamiento.

En muchas cosas estoy de acuerdo con los planteos, sobre todo con el de estar en contra del discurso de la objetividad, y en que ello los restringe. Pero son lugares comunes, cosas muy trabajadas en cualquier ambiente sociológico, antropológico, incluso de la comunicación social y del periodismo. Los que no se enteraron son aquellos medios que quisieron seguir vendiendo el queso pasado y podrido como camembert francés.

Pero lo primero que hay que mencionar si se hace un análisis de medios es que mandan fruta podrida todos los días. Los desmienten no sólo funcionarios nacionales o actores en rencillas menores o mayores, sino embajadas, el Departamento de Estado de EEUU, los desmienten desde la Unión Europea, desde las empresas privadas. O sea, mienten y luego de que los des-mienten, no se corrigen ni asumen errores. Si no se parte o, al menos, en algún punto se menciona esto, claramente no se está siendo serio. Es cualquier cosa, pero no un análisis de medios o sobre periodismo.

Cuando dice " Los Gobiernos se enfrentan con los medios de comunicación porque son el enemigo más fácil" me parece una banalización ridícula, directamente. Es posible que eso suceda en ciertos países pero ciertamente no en la Argentina, no son "el más débil" como dijo De La Nata. (lo llamo específicamente así porque a él siempre le ha molestado, por el personaje de Mesa de Noticias, creo, y a mí me molesta su falta de respeto constante a sus empleados, lectores, oyentes, televidentes y entrevistados, así que compenso en lo personal).
Es News of de World débil frente al Reino Unido? Lo es la cadena Fox respecto de Obama? Pero si hay que ser para hacer estos chistes eh.

"este populismo que está flotando en varios países". No macho, lo que están "flotando" sin tener ningún "agarre" o "anclaje" son tus ideas: son todos los países iguales y el populismo es uno y lo mismo como una especie de unidad presocrática? ¿No hay ni matices ni estilos? A ver, repregunto: tirame UNA definición aproximativa de populismo. Es lo mismo el populismo de Bush hijo que el de Chavez? Y por qué decís que el de Bush no lo es?

"Pusieron muchos recursos en eso. Cientos y cientos de jóvenes por día armando cosas. Eran verdaderos ejércitos pagados para meterse en las redes." Y de vuelta con el cuentito... a ver señores serios, pudieron tener datos concretos o sólo las operaciones de De La Nata? Son ridículos y lo peor es que no se dan cuenta, se creen taaaan inteligentes haciendo sus operetas. De la militancia no pueden ni quieren creer ni hablar. Sería terrible para ellos que la gente expresara sus opiniones en forma militante y consecuente en lugar de por guita. Porque entonces estarían más complicados: si es por guita, la misma en algún momento se acaba y chau, o se les puede pagar del otro lado; si son ideas políticas se trasuntan en movilidad política, sea en el kirchnerismo o en lo que el mismo devengue en el futuro; pero siempre los tendrán en contra a esos militantes, estén donde estén y caiga quien caiga, como se dice.

"Los gobiernos populistas perturban hoy profundamente al Estado democrático". Como periodista le falta info, como académico le falta análisis y puesta en contexto. Sólo a un periodista ridículo se le escapa no repreguntar sobre lo vago de la expresión. A ver, ¿por qué?, ¿cuáles son las características que hacen a sus factores procedimentales? ¿qué elementos permiten el surgimiento de esos 'populismos'? ¿cuáles son sus consecuencias concretas? ¿son todas ellas contrarias a la democracia y la república como dicen?
(sigo)

Ladislao dijo...

(…)
"Cuando se habla de medios hegemónicos, es porque no se realiza un análisis adecuado de lo que son los medios". Sí claro, porque no hay ningún tipo de preeminencia de determinados medios que lograron acumular la mayoría de los canales de comunicación (en forma para-oficial, por ser suaves) y marcar agenda y con ello la tendencia hegemónica... Hay que ser serios si se pretende hacer análisis en lugar de simple, llana y ramplona bajada de línea que coincida con los que ponen los morlacos. O a lo mejor lo ven realmente así, con lo cual si no le ponen otro nombre, su análisis carece de sentido como para discutir con ellos.

Mezclar que la generación del relato es causada por la construcción del mito del héroe... bueno, es demasiado. Confundir el reconocimiento popular y las menciones de la Presidenta a "Él" con el relato que todo proyecto político debe llevar adelante y que necesariamente debe ser multifacético para ser eficaz, es simplemente, poco analítico.

En fin, en medio de afirmaciones de lugares comunes respecto de la no-objetividad, lugares ya trillados de lo no conveniente para un medio de posicionarse en la "pureza" (como hace Perfil) o en la "independencia" (como hace Clarín) o en un pertinaz periodismo militante ocultador de noticias (como hacen todos pero especialmente hace La Nación, "tribuna de doctrina", léase bajada de línea militante), en medio de esos lugares comunes recorridos decía, otros lugares comunes del anti-kirchnerismo con afirmaciones taxativas carentes de sustento fundamental o siquiera de datos empíricos. Bah, lo que uno puede encontrar habitualmente en Perfil y Cía.

Efectivamente, la toxicidad de Clarín cunde.
Si estos son los tipos con los cuales hay que debatir...


Saludos
Ladislao Fokas

PD: lo que yo no entiendo Villone es el nivel de aguante que usted tiene para recorrer esos medios. Usted sí que es un héroe, y no es mito eh.

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