jueves, 28 de junio de 2012

Cáncer en EEUU, fertilidad en Argentina

El corresponsal en Washingotn del diario español El Mundo relata en su blog: ""Por la presente, le informamos de que no tiene derecho a quimioterapia". No es una exageración. Es la carta que el autor de estas líneas recibió hace 14 meses de su aseguradora, que se llama BlueCrossBlueShield y es una de las mayores de Estados Unidos. Justo después de subirme la cuota mensual un 20% (en 2012 ha vuelto a aumentar otro 20%), 'BlueCross', como se la conoce familiarmente, me informaba de que no tengo derecho a recibir quimioterapia. No es algo -toco madera- que me haga falta. Pero, si algún día la necesito, ya sé dónde está el aeropuerto.
Porque ¿cuánto puede costar un tratamiento de 'quimio' en EEUU? Ni idea. Pero aquí van un par de ejemplos. En 2003, cuando no tenía seguro médico, me cociné la mano derecha con una sartén. Consecuencia: visita a Urgencias del Hostpital de la Universidad de Georgetown. Venda en la mano durante un mes. Y una factura de 1.100 dólares. Otra: en 2011 fui a Urgencias con un dolor en el vientre. ¿Sería una apendicitis? En Urgencias del Hospital de la Universidad George Washington decidieron hacerme un TAC. La clave no es que hiciera falta: es que era lo más caro. Es la forma de funcionar de la Sanidad en EEUU.
Consecuencia: 7.000 dólares de factura. BlueCrossBlueShield pagó 6.500. El resto, corrió de mi cuenta. En España, 500 dólares (400 euros) por un TAC provocarían una lipotimia, pero en EEUU es casi un golpe de suerte. Y no era apendicitis. No era nada.
El hecho de que BlueCross pagara más de 5.000 euros por un TAC indica el sistema, basado en el latrocinio disfrazado de libre mercado, con el que funciona la sanidad estadounidense. Los hospitales cobran de más a las aseguradoras, y las aseguradoras cobran de más a los asegurados. Los hospitales mandan varias veces la misma factura, a ver si 'cuela' (el de la Universidad de Georgetown es famoso por ello).
Las listas de espera con los médicos duran meses. La sanidad preventiva no se conoce porque el negocio está en que la gente esté enferma, no sana. Los sistemas informáticos de los diferentes hospitales y consultas médicos no son compatibles entre sí. Resultado: todo se hace con papeles. Añádase a ello un sistema legal que da primacía al individuo, con lo que el paciente siempre puede denunciar al médico y pedirle una indemnización cósmica, con lo que a su vez los profesionales de la medicina tienen que tener seguros especiales que les cuestan más de 100.000 dólares al año.
La consecuencia es un monstruo burocrático en el que al final el contribuyente paga de dos formas: a la aseguradora y al Estado. Porque  el Estado es quien se hace cargo en último término de los 30 millones de estadounidenses que no tienen seguro. Y él paga a los hospitales y a los médicos. Es la magia del libre mercado del siglo XXI: socializar las pérdidas; privatizar los beneficios".
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Mientras tanto, en nuestro país...
"La ley de infertilidad, con media sanción en Diputados.
La Cámara baja aprobó el proyecto que establece la obligación de incluir el tratamiento por infertilidad en el Plan Médico Obligatorio. Esperan que sea aprobada en Senadores.
La iniciativa, que busca "garantizar el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de Reproducción Médicamente Asistida", fue aprobada con 169 votos a favor, sin votos en contra, y sólo se registraron 7 abstenciones de diputados del PRO.
Al abrir la discusión, la titular de la comisión de Salud, la oficialista María Elena Chieno, consideró que la sanción de esta ley "repara una deuda social" y se encuadra en "un país que aseguró el acceso a derechos sociales progresistas".
El proyecto establece además que estarán obligados a prestar esa cobertura todos los servicios de salud del sector público, las obras sociales, las entidades de medicina prepaga, cualquiera sea su figura jurídica. Asimismo, de acuerdo a la iniciativa, no habrá "requisitos ni limitaciones debido a la orientación sexual o estado civil" de los beneficiarios.
"Estamos dando un paso importantísimo", afirmó el radical Ricardo Gil Lavedra, quien sostuvo que de esta forma los bloques parlamentarios demostraron que "pueden encontrar un camino de coincidencias sobre lo que preocupa a millones de personas".
Chieno, en tanto, destacó que el proyecto tiene una "mirada inclusiva, equitativa y responsable, que no deja afuera ningún sector" y garantiza el "acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales" de reproducción asistida.
También, desde el oficialismo, María del Carmen Bianchi, puso de relieve que una de cada seis familias de Argentina "aliviarán con este paso sus angustias" por sus problemas de fertilidad.
En cambio, para la diputada del PRO, Silvia Majdalani, autora de uno de los dictámenes de minoría, dijo que se trata de un proyecto "inviable" porque "no tiene una regulación clara ni plantea un límite de edad y tampoco prevé un presupuesto que pueda cubrirlo".
Entre los procedimientos que incluye la ley se encuentran la inducción de ovulación, la estimulación ovárica controlada, el desencadenamiento de la ovulación, las Técnicas de Reproducción Asistida y la inseminación intrauterina, intracervical o intravaginal con gametos del cónyuge, pareja conviviente o no de un donante".
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2 comentarios:

Carlos dijo...

Totalmente de acuerdo, basta con ver las colas de estadounidendes que desesperadamente quieren emigrar a la Argentina... no sólo la salud es gratuita aquí, también las universidades, incluso la electricidad si vivís en una villa...

No entiendo como todo el mundo no adopta el "modelo argentino", ahora con el tema de la fertilidad vamos a duplicar la población en 20 años... y les vamos a dar trabajo en Tierra del Fuego en alguna ensambladora de electrónica.
Lo digo en serio: me dan lástima los norteamricanos.

Sergio Villone dijo...

Tengo una pareja de conocidos (parientes, bah) que querían ser padres y no podían. No sabés la ilusión que tuvieron durante años. Llegaron a hacerse fertilizaciones, la plata que gastaron. Y participaron de esta lucha, que ahora está por llegar a buen puerto: que la obra social les cubra esos tratamientos.

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