miércoles, 25 de enero de 2012

CFK, con fuerza: se acabó la joda

Dio un poco de tiempo y no hubo respuesta. Apenas las plumas de siempre divagando por los mismos tópicos que sólo se encienden cuando deben defender los intereses empresariales de sus patrones. Dio un poco de tiempo, se retiró y vio que está sola para seguir acometiendo contra los grandes temas pendientes y que tantos prefieren que queden intactos. Dio un poco de tiempo y volvió para estructurar y ordenar, descartar y pelear discursivamente, aún contra reclamos justos. Dio un poco de tiempo y ya los puso a escribir, rabiosos, sobre "el reino del revés" como antes sobre "el país real vs. el país virtual" y los encerró con el relato que los recuerda como guardianes de la Historia instituida y liberalmente selectiva. Dio un poco de tiempo y pudo ver en detalle -la famosa sintonía fina- el próximo tema que devolverá al mejor kirchnerismo al centro de la escena, la real, la que cambia la realidad, la que modifica las condiciones de vida de mucha gente. Los hidrocarburos serán el campo de disputa que mostrará nuevamente que el gobierno es el único capaz de cambiar la Historia, aquélla. Dio un poco de tiempo y nos devolvió el placer de darnos cuenta de tantas cosas, las centrales, esas que todavía faltan, pero que sólo el ir hacia adelante del kirchnerismo puede consumar.
Esa es la cicatriz que se abrió hace 9 años casi y que más les duele. Y eso que les prometió darles un mes más, porque "no puedo mover mucho el cuello". Otros no saben orientar la vista: tontearán con Moyano, se quejarán por que Famatina no fue reconocido pero sí interpelado, seguirán compadeciendo al desprestigiado Nelson Castro y sus secuaces, desempolvarán el archivo K pro-petroleras, quizás alguna denuncia de los escribanos del que nada cambie, es decir, se negarán a cortar con la comodidad declamativa antes que tocar el barro y tratar de caminar avanzando y transformándolo, esa cobardía política que los llevó a un 14A y a otro 23O.
Mientras, ella da tiempo. No soga. Porque el primero expone las avivadas. La segunda es gruesa y achanchada. Y para que se acabe la joda, como aventuró, no sirve. El tiempo sí sirvió. Una vez más; su cicatriz es prueba. Otra vez.

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