sábado, 7 de enero de 2012

Así miente Clarín, and again...

Sí, sí, ya lo sabemos. Pero este es un lindo ejemplo de funcionamiento empresarial, en un contexto periodístico que probablemente haya forzado el error de la tapa de ayer. Clarín está tan enfrascado en construir un relato de ajuste similar al que están sufriendo los ciudadanos europeos principalmente, que necesita diariamente tener una tapa en ese sentido (la de hoy es un ejemplo, "preocupado" por los impuestos que deben pagar motos y lanchas), pero además quiere cuidar a su esperanza para el 2015, Mauricio Macri, como describíamos el jueves (recién recordaba el "argumento" desplegado luego del 14A para esconder todas las maniobras de prensa contra CFK que no surtieron efecto en la gente diciendo que los medios no influyen en la población. Si es así, ¿para qué incurren en estos dobles estándares que favorecen al Jefe de Gobierno porteño?). Entonces, pasa de un titular catástrofe para tapar a Mauri a una "desmentida" chiquita, aunque en rojo. El subtítulo de hoy no llega a admitir el error. Es más, tiene ciertas características hasta risueñas: como diciendo que nunca Clarín afirmó que el aumento fuera inmediato, deja la puerta abierta para que si hay un aumento en 2018 pueda ser reclamada la primicia. Aunque ni el kirchnerismo esté en el poder. Y también ese "según el gobierno", tiene un dejo de descalificar al sujeto, a pesar de que éste sea el que decide si hay aumento o no. Adentro, las "crónicas" (aquí) para defender la credibilidad escasa del medio se reproducen, en vez de informar a sus lectores. Práctica intensiva estos días cuando el Grupo debe defender sus negocios (Papel Prensa, Cablevisión). El contexto empresarial no ayuda a los pobres periodistas de Clarín, para colmo alguno amenzado, cuando simplemente hacen su trabajo en un marco cada vez menos propicio para hacer periodismo informativo.
Mientras, Roa, como editor, sale a tratar de salvar a la empresa, con estrategias discursivas dignas de Fer Iglesias: nunca hablar del punto, sino del pasado del secretario de Transporte (¿quizás porque no hizo el aumento que prometía el diario en tapa ayer?), por qué no lo hicieron antes y correr el arco hasta John Lender.
Esa manía de disparar hacia adelante en vez de admitir el nuevo error (por mala leche) hace que nunca corten la posibilidad de otro de seguir desmintiéndolos desde una posición favorable. Mientras, la credibilidad del medio sigue en picada. Inclusive, por efecto de un Schiavi, no de un referente soical inexpugnable (por ejemplo, una Madre Teresa).
Sólo queda autoconvencerse y seguir. Como Oña: "Por donde se lo mire, 2012 retumba como el año del ajuste. Así están las cosas. Y será difícil encontrar un relato capaz de encubrir lo que es un ajuste hecho y derecho".

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