lunes, 17 de octubre de 2011

La SIP no condenó la censura en La Nación

La cámara empresarial de dueños de diarios latinoamericanos se reunió en Lima (Perú) pero no condenó el despido de Claudio Minghetti del diario La Nación por tener una opinión favorable hacia medidas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo, la SIP sí tuvo tiempo para repetir su discurso de defensa de la libertad de expresión de las empresas privadas y principalmente la libertad de la libre empresa. Hasta La Nación se da el placer de decir que la Argentina está en una lista negra, aunque debe aclarar que "no se trata de un ranking formal ideado por autor o entidad alguna, sino más bien de un mapa que se configura con sólo escuchar los relatos de periodistas de naciones como Ecuador, Bolivia, Cuba, Venezuela y Nicaragua, en las que los poderes centrales hostigan sin tregua ni descaro el trabajo de quienes cumplen con la tarea de informar".
También hubo tiempo para lamentarse por la pérdida futura de negocios extorsivos de los cuales La Nación y Clarín disfrutaron por mucho tiempo a costa de destrozar a sus competencias al controlar el precio del principal insumo que tiene un diario: su papel. "Un proyecto del Ejecutivo que propone declarar de interés público la producción, comercialización y distribución de papel para diarios puede convertirse en ley a fines de este año, cuando el oficialismo y bloques legislativos aliados tengan mayoría en el Congreso. La iniciativa, que prohíbe a los diarios participar de la producción de su principal insumo, obligaría a los actuales accionistas mayoritarios de la única fábrica que lo produce actualmente en el país a abandonar la empresa. La posibilidad de que el Gobierno controle el insumo vital de los medios gráficos, a través de la producción local y de las regulaciones al comercio exterior, pondría en jaque a toda posible autonomía de la prensa", se victimiza el diario de los Saguier (a propósito, la "crónica" la firma Fernán Saguier, hermano de Julio, director del diario)
También hubo espacio para afligirse por la baja performance de todos los exprimentos electorales que intentaron crear estas dos empresas paraperiodísticas con tal de que no ganara CFK y luego para, por lo menos, que no ganara por mucho. Nada les salió y ahora están asustados: ""Con elecciones presidenciales en el horizonte próximo que, de acuerdo con las encuestas, engendrarán un gobierno fuerte con mayorías legislativas y una oposición diluida, los argentinos tendremos débiles contrapesos institucionales para contener los desbordes del poder"".
Clarín, en su "crónica", también tiene espacio para sumar a los negocios perdidos el de las transmisiones del fútbol, a lo cual presenta como un ataque a la libertad de expresión: "Paolillo (presidente de la comisión de Libertad de Expresión de la SIP) habló de “un desmesurado aparato mediático paraoficial creado para desprestigiar a los medios independientes o críticos” y de “un sistema de propaganda política que abarca desde el uso del fútbol ‘estatizado’ hasta restricciones en la información sobre los índices de inflación” que “continuó expandiéndose en Argentina”".
Y por qué no añadir otros hechos disímiles con tal de engordar la lista de supuestos atentados contra la libertad de prensa en un país que ya lo dejó atrás: "El informe de Dessein también incluyó referencias a la “persecución” contra las consultoras privadas que miden la inflación y los medios que informan sobre ello, a las “agresiones verbales” salidas desde el propio Gobierno y a los bloqueos a la circulación de diarios registrados durante este año.
De acuerdo con Dessein, la orden del juez Alejandro Catania enviada a diversos diarios a pedido del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, sobre los periodistas que hubieran escrito sobre las mediciones de la inflación alternativas a las del INDEC “constituye una evidente presión intimidatoria sobre esos periodistas y medios y conlleva un riesgo de censura indirecta”".
Pero nada sobre el echar a un periodista por hablar bien de una película sobre el peronismo. ¿Tendrá algo que ver que esta cámara empresarial está integrada por los patrones de los periodistas? ¿O el silencio es simplemente por el -a estas alturas- explícito posicionamiento político-ideológico contrario a gobiernos democráticos de la región que han venido a desoír sus indicaciones y atacar las concentraciones comerciales que le pertenecían?

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