domingo, 23 de octubre de 2011

La Nación, en chancletas

Si apelamos a las declaraciones de esta mañana de la Lila, ya en lúgubre retirada y buscando el abrigo de los incomprendidos, acerca de que ella ya está libre pero que seguirá defendiendo la libertad, La Nación también se muestra abrazada a su propio mundo privado a través de sus plumas, que hablan desde sus miedos y deseos, justo cuando la Historia está por aplastarle nuevamente el corazón.
Desde los más moderados hasta el radicalismo extremo de Joaco, el diario de los Mitre y Saguier hubiera querido que este domingo nunca llegara con tal de seguir creyendo que la oprtunidad de derrotar al gobierno y sus formas seguía viva.
Fernández Díaz: "Los kirchneristas, hablando de modificar, tendrían ahora ocasión de abandonar otros errores e imposturas: posar de contestatarios sin asumir que detentan el poder real, pretender que las críticas son siempre injustas, barrer bajo la alfombra el efecto destructor de la corrupción, relativizar la importancia de no tener organismos de control ni jueces independientes, y calificar de enemigo a cualquier persona que ponga aunque sea mínimos reparos, dentro y fuera del kirchnerismo, al abuso de poder. ¿Lo harán?"
Rosales: "La legitimación del poder kirchnerista por una diferencia de abismo con los candidatos opositores colocará a la Argentina ante el riesgo de una nueva tentación hegemónica. La ausencia de un contrapeso estimula a los ideólogos K a imaginar la eternización de la Presidenta en el poder. Esto forma parte de la incertidumbre sobre la Argentina, igual que el perfil del futuro gobierno".
Editorial: "Hoy más que nunca en las últimas décadas, el sistema republicano y la democracia real requieren la independencia y el contrapeso de los poderes, y para ello es preciso una adecuada representación de la oposición en el Congreso, pese a todos los errores de sus dirigentes.
La existencia de un sistema presidencialista cada vez más fuerte permite, entre otras razones, que se pierda de vista la función indispensable de un Poder Legislativo en el que la oposición tenga peso específico. Si sectores de esa oposición no siempre han sabido hacer valer ese peso, el remedio se encuentra, una vez más, en el voto. En la fuerza del sufragio individual como pilar de la democracia".
Dinatale: "Muy pocas veces una elección presidencial estará tan opacada por el resultado legislativo. La oposición se juega el todo o nada en esta pulseada: buscará frenar la avanzada kirchnerista en el Congreso y evitar que se imponga una mayoría parlamentaria que le otorgue más superpoderes a la jefa del Estado".
Grondona: "El voto formal es fundamental en las democracias, pero en estos tiempos de incertidumbre son muchos aquellos que, ya sea indignándose o retirando sus dólares, nos advierten que ganar una elección no lo es todo, ni siquiera en una democracia, cuando hay una circulación periférica de las voluntades al margen de los canales previamente diseñados".
Noailles (¿quién es?): "Llegamos a las elecciones de hoy sin la menor incertidumbre, apenas como un trámite que convalida lo que sabemos que va a pasar. Lo que está por suceder es que se impondrá en la Argentina un modelo de poder basado en un único factor, que es el oficialismo. De manera independiente de la ideología que se convalidará, es negativo el modelo monopólico y carente de contrapesos que está por instaurarse, dado que desaparecerán varias de las limitaciones con que el Gobierno cuenta hoy. Por definición, una democracia es la expresión de voces múltiples y de opciones múltiples. El riesgo, en este caso, es que las voces múltiples sigan sin ser bienvenidas, a la luz de las evidencias que hemos tenido de que se busca mantener a raya el disenso utilizando todo el poder del Estado".
Morales Solá: "El círculo supuestamente informado de la política cree que el kirchnerismo saldrá de caza por las comarcas del periodismo. No hay un solo interlocutor de la vida pública argentina que no tema (o espere) una dura ofensiva contra la prensa independiente en las próximas semanas o meses. Políticos, intelectuales, empresarios y hasta sindicalistas pronostican tiempos de innecesarios combates: "La guerra con el periodismo continuará" , anuncian.
¿Qué sucedería si fuera el Gobierno el que controlara Papel Prensa y, al mismo tiempo, cambiara las actuales reglas de importación, como ya lo ha hecho Guillermo Moreno con innumerables productos del exterior? ¿Qué pasaría si el Gobierno les negara papel de producción nacional a los grandes diarios argentinos y, a la vez, cerrara la importación de papel o la condicionara al pago de exorbitantes aranceles? En esas preguntas y en sus respuestas se encierra el futuro del periodismo argentino, más allá de las repetidas falsedades y de la retórica de un discurso aparentemente romántico.
La batalla cultural del kirchnerismo consiste sólo en ahogar las voces diferentes del oficialismo. Todo lo demás es únicamente cotillón político".

1 comentarios:

ram dijo...

A lo mejor don joaco expresa algo interesante, no exactamente lo que a él le gustaría pero, ¿no estaría bueno subsidiar papel importado barato y apostar a la pluralidad de voces, en concreto y en directo?
Si la "batalla cultural" se está ganando, puede que sea la hora de darles la batalla económica, al fin y al cabo toda su "ideología" y voluntad de daño (más el margen extorsivo que les da el insumo principal) es por la guita. Bueno, subirle los precios de sus jugadas y jugarretas y a ver cuánto demoran en canibalizarse ellos mismos.

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