sábado, 8 de octubre de 2011

El doble comando post mortem

La Bety, semioticando un rato, en búsqueda del signo kirchnerista, intertextualiza con su propio discurso previo y el de sus colegas todavía sorprendidos: "La imagen de Néstor sería, ineludiblemente, la representación de su ausencia. Por más que muchos quieran seguir llorándolo, no estamos en el momento del llanto, sino de la celebración, porque hay otro jefe, una jefa, allí donde antes estuvo Néstor. Se produce así una curiosa y productiva contradicción: Néstor es irreemplazable, pero para seguir siendo irreemplazable tiene que ser reemplazable. Cristina ocupa el lugar del irreemplazable. Una imagen desplazó a otra con gran éxito. Por primera vez, hubo sucesión sin guerra en el peronismo, que vivió una parte de su historia en luchas sucesorias. Ahora funcionó perfectamente la sucesión por matrimonio que jamás habría podido funcionar en el caso del viejo Perón e Isabel, porque ellos no formaban una sociedad política como la de los Kirchner, y porque la magnitud de uno era inconmensurable con la inanidad de su esposa".
Fuente
Legítima indagación del que fue separado de sensibilidades populares para recluirse en aparatologías teóricas importadas, preferible zozobra de vida antes que la simple cobardía de seguir escribiendo tratando de salvar la ropa. A Fonte y Neilson no le alcanzan los caracteres para paranoiquear con la construcción de sentido que fue derrotada el 14A.

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