El vestidito rosa de Ángela

Uno sabe que por estos días hay que ser humilde, aceptar la opinión del otro casi como venga, contemplarlo en su marco de referencia, no alardear de que está equivocado por tonto, contenerse sus opiniones que cree profundísimas. Uno le duele de tanto saberlo y diariamente hace el esfuerzo titánico de ponerlo en práctica en su día a día... ¡¡¡pero esto no!!!

"Los fotógrafos documentaron con imágenes de archivo que el outfit de la alemana fue el mismo que utilizó el año pasado y en 2010 para el mismo evento. En la web proliferaron los comentarios al respecto. Algunos la criticaron, pero muchos alabaron su postura en medio de los duros ajustes económicos que atraviesa el continente. "Es un buen signo de ahorro", opinaron varios internautas", cierra esta crónica de Infoabe que uno ya no sabe si hay que tomarla en serio o simplemente es parte de ese reportorio de razonamientos superficiales e impostadamente voluntaristas de la gente sin swing (perdón, no me pude resistir)...

Días bravos, en los que morderse la lengua y contraer la neurona es el pedido de ese que vota sin saber bien, apenas por una imagen, como aquella señora que en 2009 en Río Cuarto salió intempestivamente de la sala de votación enojada porque no había boletas para votar por De Narváez... Ese personaje que tanto la hizo divertir junto a su compinche Tinelli, con bailes y el Alica-teGate, que si viviera en Santa Fe hubiera votado por la Tota y en Capital por Mauricio, aunque no sea tan divertido, pero con tal de--- No, tenemos que abandonar este tipo de razonamientos y al mirar la nota de Infobae esbozar satisfechos: "¡Qué bien los políticos europeos. No como los chorros de acá. No como la de acá, que se cree la reina de no sé qué" y demás apelaciones a eso que hasta hace poco nos animábamos a denominar tilinguerío nacional y que hoy nos autoflagelamos escabulléndonos por las cuevas de un cobarde "hay que saber interpelarlos" eterno y paralizante.