lunes, 25 de julio de 2011

Su gracia

Como si fuera un mimo ante el peligro globofoide, Crónica, desde su tradición más naif y costumbrista, desde su quiebre del discurso imperante a través del grotesco y el desenfado ante el ridículo, desde su sana desestructuración de toda solemnidad y atrevido llamado a no pensar más que en el delito común del día, Crónica nos consuela este domingo a la noche con los chistes siempre efectivos de la Tota y sus ex Midachis.
Ahora ella ya no luce maquillaje y pelucas robadas a Moria, ya no desata todo su lado queer, ahora ella ya no entretiene a las masas. Ahora se fue a la política y los está volviendo locos a los políticos. No saben qué decir todavía y ya se sabe que casi gana la gobernación de una de las provincias más importantes de la Argentina.
Los engaña al hacerles creer que es boluda como su personaje, les regaló muchas sonrisas en estas semanas, como a su público de los teatros, al mismo que invitó a que hoy la votaran por tantas sonrisas en el medio del desierto triste. Pero los políticos ni se dan cuenta. Menos del maquillaje y las pelucas que ya no están. Es más: se comen los globos de Mauricio y de un ecuatoriano que puede hacer cualquiera sin que nadie diga mu. Se degluten los números de las encuestadoras, propias y ajenas, peores que el tan atacado IndeK. Siguen funcionando a la vieja ultranza: apareciendo cuando la victoria es segura, apoyando a un partido acá, a otro contrario allá, habiéndolo negado antes, aduciendo límites morales infranqueables...
¡La Tota casi gana! Como el Cachito de León. ¿O era al revés? ¿O acaso trastocamos alguna liturgia sacra del progresismo argentino que tarda semanas en reaccionar de que ella es la de la TV, pero en el campo se desnuda para mostrar lo poco que tiene. "Nosotros no prometimos nada", dice y l@ aplauden. "Mauricio me caga a pedos", bromea y l@ ovacionan. "Soy un vago (tipo) apolítico", sobreactúa y le creen. Banaliza y l@ adulan. Discrimina y l@ asienten. Le habla a "los políticos" y l@ acompañan en semejante distinción. "Voy a hacer la plata en lo mío, no en la política", promete y l@ vitorean extasiados.
No deja margen para la duda: hay muchas personas que ya son postkirchneristas. Que dada una situación económica favorable, ahora quieren la paz, volver a la normalidad. Dentro de esa normalidad (de un gran caudal de construcción sociohistórica determinada por las clases dominantes) incluye votar por outsiders de la política, por empresarios exitosos que les aseguran una mejor gestión, que porque son ricos seguro no van a robar y por lo tanto va a haber menos corrupción, que no las hacen enojar ni crispar. Pero que principalmente, las van a liberar de todo ese discurso cargado de palabras pesadas que no tienen la menor intención de cargar.
Se equivocan aquellos que en el voto PRO solamente ven a los amantes de lo despreciable que retorna, de lo sectorial que vuelve a ganar, de lo reaccionario que está vivito y coleando. No le aciertan aquellos que solamente ven menemismo ahí donde en verdad hay un reclamo por un simple mayor grado de concordancia, los que se autoengañan con pensar que este es un voto antiK, porque en verdad ahí estaba el pulcro Binner para votar si se quería expresar un rechazo al omnipresente autoritarismo K.
Ella ya no está en Crónica. Él ahora está sin caretas del lado de los malos, los que vienen a robarle el corazón a la política, los que vienen a planchar a la militancia, los que vienen a cerrar los juicios a los militares, los que vienen a cerrar la causa Noble, los que vienen a liberar al Mercado, los que vienen a eliminarle las retenciones al Campo, los que vienen a reprivatizar los fondos jubilatorios, los que vienen a ensanchar la brecha entre pobres y ricos, los que vienen a postergar todo intento de redistribución de la riqueza, los que reirán mañana con la búsqueda de consuelo de los otros en los resultados de diputados, senadores e intendencias, los que intentarán silenciar a los que se contenten con la mayoría en ambas cámaras, los que...
Él y Mauricio -que baila- son el reclamo de mucha gente que no desea ser incluida en la discusión política. Prefiere votar a quien más le gusta cada un determinado tiempo y durante el resto, ocuparse de sus cosas. Gente que escinde lo político de lo diario, de lo cercano. Y prefiere verlo así por miedo a mancharse. Y quiere fervorosamente que las cosas sean así, aunque muchos no quieran que sean así. Y va a usar su voto para lograrlo. Sabiendo que se bancará a los que les diremos los peores insultos sobre su falta de conocimientos políticos y compromiso con un país mejor. "Si el país ya está mejor", se consuela.
Miguel, por ejemplo, nunca dejaría solo a un compañero de ruta que se bancó hasta los huevazos del agrogarcaje sojero. Miguel produciría mejor 678: en vez de hablar con el diario de ayer, lo convertiría en un espacio de la última noticia, justo cuando sus fieles televidentes están queriendo entender el mundo en las redes sociales ante el avance amarillo. Miguel es famoso y lo sabe. Los otros también y no lo saben. Miguel se mueve en el living de Susana como Mauricio lo hace en la redacción de Clarín. Miguel sabe que los está haciendo dudar hasta en sus lineamientos profundos desde el mismo show que siempre tan bien manejó. Miguel sabe que tiene corta la vida. Los Poderosos también, pero festejan la gracia de Miguel de brindarles un nicho discursivo impensable, donde reina la Paz y el Amor, su porcentaje para gobernador y alguito en Diputados. Pero a Miguel, vivo, este chiste no se lo quita nadie: vuelve a compartirlo con Daddy y El Chino, triunfante. "La política" no es lo suyo. La Tota lo espera.

2 comentarios:

TeLoDije dijo...

El comment es bueno, entonces, y siguiendo con el razonamiento: cuando vuelve Mauricio a Boca? Compañero, la realidad nos pasa por encima. A ver, los pibes del PO, muchas veces tienen razón, pero.....llegarán al 1.5 %?

Sergio Villone dijo...

Lo que planteo Conu es que tampoco hay que no meterse en este voto por la Tota. Ya pasó con Macri. Hay que hacer una inmersión y entrar en diálogo con aquel que plantea no un intercambio politizado. Hay que aprender ese lenguaje. Y como escribí cuando la victoria de los globos, esto no supone un renunciamiento, sino ir en búsqueda de una esfera que me parece que no estamos abarcando. Nada más alejado que del pensamiento trosko. Abrazo.

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