martes, 12 de julio de 2011

Con Fito, desde el Interior

Los dichos del golden boy recuperado por las derechas ibeoramericanas este domingo acerca de cuán independiente y crítica es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, haciendo hincapié en un supuesto autonomismo de un Poder Central lavador de cerebros y extorsionador mediante Planes Descansar ha llegado al lugar que ha querido desde siempre: lograr irritar a las viejas tradiciones más igualitarias que miran al país más como una unidad no homogénea antes que un territorio iluminado por el faro vanguardista del puerto.
El titular del diario de Fonte acerca de que el engañoso kirchnerismo, con malvados chicos camporistas que vienen (o van) por todo, "Con la Capital, no" refleja ese sentir etnocéntrico de vieja data que supone una superioridad porteña que vive autoestimulada por el fulgor del Iluminismo más rancio y un Interior inferior, incapaz de estructurar un pensamiento que no sea el financiado por los dineros púbicos.
Las manifestaciones de Morales Solá (tucumano) y Elisa Carrio (chaqueña), amigos de fechorías velísticas de los poderes ahora recompuestos por la victoria amarilla, anoche se brindaban placer mutuo al ilusionarse con un efecto Capital sobre ese Interior atrasado, inculto, pobre, poco informado ("Buenos Aires es la ciudad más informada porque tiene más medios", cuantificó el corresponsal de Clarín en la Tucumán de los 70's, consulvsionada por subversivos que venían a limpiar con rojo la Tucumán santa del General Bussi). "Hay que crear ciudades ricas y educadas", concluía brillantemente la Naranja. El dinero y la educación que sabemos todos se ancló en la civilización o barbarie sarmientina. La ciudad civilizada, el interior gauschesco bárbaro. Y la plata, como sinónimo de poseer los medios de producción del Capital y domesticar a ese bárbaro al cual habrá de extráersele su fuerza de trabajo. Todo en el medio de una oscuridad que deberá ser esclarecida cortamente por el patrón, como De Ángeli, que pasa a buscar a sus peones para llevarlos a votar (obvio, dentro de una íntima relación padre-hijo, como reclama desde sus ancestrales editoriales la Sociedad Rural).
Desde ese Interior profundo, urbano como la Rosario idealizada, Fito dice lo que muchos argentinos vieron asombrados el domingo, y que no pueden guardárselo por simple postura contemplativa y respetuosa del poder del poderoso, conciliadora con la alegría de los abortistas de un proyecto de país más inclusivo e igualitario, en el cual no puede entrar nunca una noción de una sociedad que vio la Luz de la República y quiere guiar al resto del país a ese punto de condensación de felicidad institucionalista.
"A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A la mitad de los porteños le encanta aparentar más que ser. No porque no puedan. Es que no quieren ser. Y lo que esa mitad está siendo o en lo que se está transformando, cada vez con más vehemencia desde hace unas décadas, repugna. Hablo por la aplastante mayoría macrista que se impuso con el límpido voto republicano, que hoy probablemente se esconda bajo algún disfraz progresista, como lo hicieron los que “no votaron a Menem la segunda vez”, por la vergüenza que implica saberse mezquinos", Paéz describe, sabiendo que la respuesta será desde la soberbia de acusar al Otro provincial como un ser con el complejo de inferioridad, sin darse cuenta que el complejo de superioridad necesita de un Macri para sentir por un minuto eso a lo cual aspira a ser y que sabe que jamás logrará: ser como Mauricio, que ES. Un no-ser, pero ES.
No es una actualización del viejo enfrentamiento Buenos Aires-Interior vuelto a traer musicalmente cada vez que un equipo de fútbol viaja a una provincia (cosa que deberá hacer River, ahora caído en desgracia, yendo a hacer jugar a un Ferrero en canchas que no merecen su despliegue de destrezas tan llenas de hermosismo técnico desbordante). No. Es mucho más. Es eso que el no-ser macrista intenta esconder: que votar por las derechas es sinónimo de defensa de la Patria, esa que construyeron la Iglesia, el Ejército y el Campo (según le enseñó su señorita al cordobés dirigente agrario Néstor Roulet).
"Da asco la mitad de Buenos Aires. Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es difícil de diagnosticarse algo tan pesado. Pero por el momento no cabe otra. Dícese así: “Repulsión por la mitad de una ciudad que supo ser maravillosa con gente maravillosa”, “efecto de decepción profunda ante la necedad general de una ciudad que supo ser modelo de casa y vanguardia en el mundo entero”, “acceso de risa histérica que aniquila el humor y conduce a la sicosis”, “efecto manicomio”", se compadece Fito, con esa indulgencia del que se sabe siempre estafado en su estima, del que busca el encuentro con una cartera llena de injusticias que hoy vienen a amenazar la idea de un país para muchos más de los que nos acostumbró ese monstruo que ahora se pinta con el amarillo-alarma e infla globos para volver a la fiesta noventista de los pocos de siempre.
Y Rial, el porteño estereotipado que ahora se siente atacado en su valores democráticos y de tolerancia comprensiva hacia el resto del país, que necesita aclarar que no votó por Mauricio, busca farandulizar el pensamiento del rosarino, achacándole sus contratos con el gobierno nacional, como si él nos los tuviera mediante la tan deseada publicidad oficial, esa vilipendiada herramienta de enajenación kirchnerista pero que se extraña cuando no se la tiene (Luisito Investigador por ahí anda sufriendo por ofrendar un servicio al país más profundo al haberse animado a escribir un libro desde la clandestinidad más walshiana en contra de los dictadores K).
El intento de banalización del intruso que todo ve desde sus antifaz delincuencial es cruzado por Hoacio González, sensible y acongojado todavía por la muestra de egoísmo histórico entregada por los desprevenidos tan bien informados por TN y Cía. "Lo que dice Fito es una interpretación dolida, herida, como muchas personas que votamos en Buenso Aires. No se está diferenciando a las personas por su comportamiento en una elección. Vivimos en democracia que es un valor para todos. Pero Fito es una persona preocupada por lo que sucede en el país y en el mundo. Hay que reconocer que el asco de Fito responde a su poética. El asco en él no es una expresión carente de reflexión. Es una manifestación del cuerpo", enarbola el titular de la Biblioteca Nacional.
Asco también dieron muchos medios porteños hace semanas atrás al ningunear olímpicamente a fenómenos socioculturales bien del interior como las epopeyas de Belgrano de Córdoba y San Martín de San Juan, jugando contra la invisibilidad del aparato comunicacional de alcance nacional que se queda encerrado en sus orígenes de las luces de la Gran Ciudad, sin contemplar siquiera la chance de nacionalizar también sus contenidos. Duras fueron las discusiones con colegas que trabajan en esos medios, que justificaban desde la cercanía y la grandeza de River para legitimar (autoengañándose) tal desigual trato (destrato) a equipos del mismo país. Aún hoy, dichas gestas deportivas han sido silenciadas en pos de enaltecer la violencia y la corrupción, esos dos flagelos tan presentes en el devenir vacío-frenético de esos medios que inundan las mentes con lo malo repetido hasta exasperar.
Si hasta dolía la sorpesa del buen clima y el cariño con el que anoche recibió generosamnete la gente de Córdoba a la tan vejada selección argentina, la que osa entristecer el humor de ese Ser Nacional tripartito por el sólo hecho de no ganar. O el sentimiento de protección con el cual se dejó arropar el mejor jugador del mundo ante tanto embestida por no mover sus labios mientras suena el himno nacional, ese pedazo de grito de libertad e igualdad que tan poco respetan en su trabajo diario, en su accionar en la vida cotidiana sus atacantes, rutina desde donde muchos buscamos desterrar el desprecio y desnudar a los que en nombre del rompimiento de las cadenas opresoras en verdad desean volver a la seguridad y las ventajas que les brindó siempre el país para pocos.
"Me resulta un paisaje hostil, desconcoido, una manera de despojar a la política de las palabras desconocidas, como si se hiciera en una fiesta de cumpelaños. Es una invitación al descompromiso social, es como pasar a un paisaje insípido, con rostros inexpresivos, que no hablan un idioma que hablábamos millones.
Buenos Aires se atrinchera contra una supuesta invasión exterior de nuevos ocupantes, se queja por el conflicto social, adhiere a una teoría del miedo con la inseguridad. No digo que no ocurran esas dificultades, pero se ha impuesto una forma de vivir tacaña, particularista, defensiva, egoista, sin ver a los Otros, de espaldas a Latinoamérica, a los nuevos integrantes. Es dificil ser inmigrante en Buenso Aires. Los pueblos del interior saben de esto aunque yo nunca fui antiporteñista", se permite Horacio.
Es que la disyuntiva no es Capital vs. Interior. Menos, la de Progreso vs. Atraso. La encrucijada es definitivamente arrojarnos a la búsqeuda erradicativa de las desigualdades sociales que el voto por Macri viene a desafiar. La tarea es la no resignación del "siempre fue así" porque ahí ganan los que nos hacen perder a todos desde hace siglos. La misión es incluir en esa construcción colectiva nociones acabadas de que las declamadas rebeldías capitalinas en verdad son un retraimiento ante el avance de las igualdades que siempre han querido ser abortadas (con golpes, bombas y dictaduras).
"Aquella vieja tendencia argentina de deslumbrarse por espejismos imposibles, de dejarse engatusar por reiteradas e incumplidas promesas, esa necesidad de gratificación inmediata y la atención puesta en la mera expresión de deseos, parece haberse concentrado en la antigua Capital Federal. La hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que para marcar a fuego su autonomía decide por el momento nadar contra la corriente. Lo cual sería una actitud positiva si no tuviéramos conciencia de que esta particular corriente nos lleva cuanto menos al garete, con amenaza de posible naufragio", advierte Luisa, mientras se van armando los gendarmes de la defensa del voto de la Doña Rosa que supieron configurar y de las plumas del Poder que buscan engatusar asignándole a sus odiados Otros el accionar propio.
Nosotros, con Fito, venimos a recomponer el ofrecido corazón, no por afligidos mártires de las fuerzas amarillas y los ejércitos flageladores de inocentes desposeídos. No. Venimos a ofrecer otras visiones que ya hace rato desandan el camino de la vida pública, que subyugan los relatos cantados por aquella educación sarmientina y hechos picanas durante la Dictadura asesina, que insultan en la cara los discursos pastoriles de la Derecha escondida que ni se anima a explicitar sus verdaderos intereses, no por desconcidos, sino por indecibles. Venimos del Interior y volvemos hacia él para venir de vuelta. Sin guías.

10 comentarios:

El anónimo dijo...

Impecable sergio.

stella maris dijo...

Creo que la opinión de Fito es la de muchos, solo que él se animó a decirlo... Que CABA no termine con una "A" delante de su nombre...
Un abrazo
Stella, de Rosario

Sergio Villone dijo...

Muchas gracias, gente!

Javi dijo...

Me siento totalmente identificado con las palabras de Fito Páez, de Horacio Gonzalez y las tuyas, Sergio. Gracias por escribir, por regalarnos esta posibilidad de leer nuestro pensar y sentir lo que nos cuesta expresar.

Sergio Villone dijo...

Gracias por tus palabras, Javi!!! Abrazo.

El Canilla dijo...

IMPECABLE.

Eva Row dijo...

Sergio,
además de inteligente, el texto es tan "bello" por la calidad de la escritura, que lo leí varias veces. Acuerdo efusivamente contigo y con Fito. Y señalo que Fito tiene todo el derecho a decir lo que quiera porque no es candidato y no tiene por qué resumirse a estrategias. Pero a Filmus le pido que acomode su discurso en el rescate de un porcentaje de los votantes que parece votar contra sí mismo, pero en realidad manifiesta su encono contra el proyecto nacional porque no se siente incluído, ya que tiene vivienda y trabajo, pero no llega a fin de mes pagando cuentas. Pido que en este tiempo de campaña para el ballotage, se intente rescatar de las garras de Macri a esta gente que puede darse vuelta como una media.

Sergio Villone dijo...

Gracias Canilla y Eva por sus hermosas palabras!
Eva: algo de eso escribí el domingo en el post del cántico "Porteños, la c... de su madre...".
Como suspender momentáneamente discursos muy cargados que espantan a muchos y HALBAR personalmente ocn ellos (trabajo arduo para 3 semanas), pero tampoco llegar a ponerse tetas e ir a lo de Tinelli a bailar como piden algunos correctos que hoy se escandalizan por una -¡UNA!- palabra de Fito en vez de ver la profundiad de su congoja (que es la de muchos).
Saludos!

Silvia Mottes dijo...

Sergio:
Soy del interior, naci en Mendoza, pero me crie en Lanus y luego vivi y trabaje durante muchos años en la CABA. Tengo extraccion de pueblo(mi madre santiagueña y mi padre mendocino). El entorno en la capital es hostil, autista, egocentrico. Siempre tuve que estar al margen de sus veligerancias para mantener la cordura. Tu nota esta excelente! Tiene un sentir profundo y una descripcion de caracteres y sentimientos muy ricos.
Comparto el pensamiento de Fito y el tuyo. La CABA se cree el ombligo del mundo y solo demuestran que tienen dinero que se obtuvo en dudosa forma(explotacion, arreglos, negociados,etc).
Gracias por el envio.
Bello texto
Silvia Mottes

Sergio Villone dijo...

Gracias por tus incentivadoras palabras, Silvia! Besos.
Ahí Galasso sacó una carta para Fito y para enriquecer el debate: http://puedecolaborar.blogspot.com/2011/07/carta-abierta-de-galasso-fito-paez.html

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